Pues hoy la entrada corresponde a un enebro. El árbol en sí es muy bueno, tiene un potencial tremendo. Pero su dueño ha ido notando cómo iba perdiendo vigor y estaba preocupado por la salud del árbol. Con lo que lo llevó a los talleres.
Julián intentó adivinar la causa: miró entre la vegetación, miró el sustrato y poco más podía hacer. La conclusión fue que la tierra estaba muy degradada. Y ya preguntando al dueño, el árbol llevaba sin trasplantar unos 4-5 años y aún tenía tierra de monte. Seguramente ahí podía encontrarse la causa. Solución: trasplantarlo, sin buscar una maceta mayor, simplemente renovando el sustrato, usando un calibre medio-grueso, y aclarar la vegetación: quitar los brotes hacia abajo y las agujas viejas.
Un buen árbol, que por una deficiencia en el cultivo, puede estar en peligro.
La entrada de hoy no sirve para mostrar un gran trabajo de una dificultad técnica severa, la he escrito para que reflexionemos sobre mantener los cuidados básicos al árbol. No todo es podar, alambrar, hacer jins-sharis, grandes torsiones, etc., para lograr un gran diseño. Casi siempre, por no decir siempre, todos estos trabajos se sustentan en un árbol vigoroso y bien cultivado.
Un saludo, y mañana vuelvo con más trabajos.
Que preciosidad de Enebro.Esta tarde he visto unos cuantos que me saltaban lagrimas de emocion,me he montado en el coche y tenia las manos temblando.Es una pasada como sobreviven.
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