...fastidiamos árboles. Esa es la premisa para este árbol. Es una especie que me encanta pero, a veces, llevados por esos grandes trabajos que vemos en las revistas, tomamos decisiones para nuestros árboles que pueden llegar a ser fatídicas. Este tejo, (me duele reconocerlo, pero ya lo dije en su día, aquí subiría mis aciertos y mis fracasos) está aún luchando por salir adelante. Y con lo que me gustan los tejos, no sabéis lo que me llega a doler.
Diferentes vistas para que os hagáis una idea de cómo era. Julio de 2009.
Estas fotos son de cuando conseguí hacerme con él. Sabía que el mayor reto era su tierra. Su anterior propietario cultiva los árboles como no debe hacerse: con turba mezclada con arcilla. Según él, es el mejor sustrato para los tejos. (También hay que tener en cuenta que él sólo los poda una vez al año, y los abona en sus épocas, pero alambrados, torsiones y demás técnicas no practica, al igual que los trasplantes, siempre los mete en macetas mayores sin tocar las raíces). Pero yo veía al árbol vigoroso, así que en septiembre me decidí por actuar: saqué la makita, y a practicar. Lo que hice, un verdadero estropicio. Actualmente no haría así las cosas, pero ha llovido mucho desde entonces, y este error me sirvió para evolucionar.
Detalle del sustrato, y de la larga raíz que tenía. Tendría que reducirla. Lo curioso es que debajo de esa raíz está el verdadero nebari, unos 5cm. más abajo, dispuesto de forma radial.
Desde aquí, quitado el tronco de la derecha. Aparentemente no está muy mal hecho. (El trabajo de makita sí estaba mal hecho, pero se había dejado verde).
Ya véis, sin personalidad. Un hueco hecho con una fresa, sin detalles ni nada.
Pero me decidí a alambralo y a quitarle más verde. Pensé que estaba fuerte y que lo aguantaría.
Algún detalle. La única cosa que hice más o menos bien, fue dejarle las yemas fuertes de todas las ramas que no podé.
Visto desde otro lado.
Y llegada la primavera, lo trasplanté a raíz desnuda. Mezcla: akadama y pómice, que tan bien me va con los tejos.
El resultado, un año que intentó brotar (el 2010) y se quedó a medias, sólo algunos brotes y sin generar yemas. Lo di por muerto, pero seguía verde, así que lo sigo regando, con pocas esperanzas. De vez en cuando le administro aminoácidos por vía foliar. La verdad es que las hojas que tiene no tienen mal color. Este año, cuando esperaba que se secasa, parece que quiere brotar y está abriendo los brotes con un buen color. Si sale adelante, (que sigo sin tenerlas conmigo), le dejaré unos añitos tranquilo hasta que se reponga de verdad y recupere un buen vigor.
¿Qué puedo sacar positivo de esto? Desde entonces sólo me atrevo a trabajar los árboles vigorosos, sin realizarles más de dos acciones agresivas sin esperar una brotación por medio para ver qué tal responde. Si es que... ¿a quién no le pueden las prisas de vez en cuando?
Un saludo.
PD: Este trabajo me he pensado mucho en exponerlo. He decidido hacerlo si sirve para que cualquiera que lo lea no haga lo mismo y aproveche mi experiencia para no cagarla. A todos aquellos más sensibles, créedme, a nadie le puede doler más que a mí.