Buenas
Según te metes en el mundo del bonsai, parece que uno tiene que tender hacia grandes árboles, con muy buena base sobre la que trabajar y deshacerse de esquejes. Últimamente voy cogiendo esta tendencia, pero luego ves a grandes maestros que trabajan con esquejes, y uno se plante por qué lo hacen. Es cierto que no son los árboles que más enseñan, pero sí que los disfrutan. No tendrán sitio preferente en mis estanterías, pero sí habrá un hueco para ellas.
La historia de hoy es de uno de esos esquejes, recién llegadito de Japón. He comprado un chojubai, me encantan, y se cayó una rama con raíces, muchas raíces. Tenía tres brotes, y mirando en macetas, encontré una pequeña tokoname, con un esmalte muy bonito y lo planté ahí. Evidentemente es grande y la maceta es muy buena para un esqueje, pero así va adquiriendo vejez.
Ahí se ve que es una cosa muy pequeña. En un futuro será un mame de acompañamiento.
Y bueno, como ya tengo mi chaenomeles, el primer esqueje enraizado, que es éste, se lo he regalado a un buen amigo de afición, para que lo disfrute, pues sé que siente debilidad por los árboles de flor y fruto y le gusta hacer bonsai desde la nada. El bonsai para mí no es tener mejores árboles que mis compañeros, o mejor finalizados, sino estas pequeñas cosas y disfrutar de todo, sin las envidias que tanto aparecen en esta afición.
Saludos
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