Desde que en mayo presenté a este árbol a la exposición de Burgos lo dejé crecer a sus anchas para que cogiese vigor. Y había cogido demasiado y no dejaba entrar ni el agua ni la luz al interior, así que era hora de realizar un fuerte pinzado.
Antes de empezar.
Al poco de empezar. Se observa la diferencia.
Con la mitad izquierda ya hecha.
Terminado. Al menos ahora veo el sustrato y observo cuando regar. Un día tuve un descuido porque como sus compañeros no necesitaban riego, a éste tampoco lo regué y al cabo de dos horas estaba con las hojas y los brotes lacios y tristes. Nada que no pudiese arreglarse con un buen riego. Pero sospeché que no le entraba bien el agua y desde entonces lo regaba más concienzudamente.
Uno que estaba por ahí cuando terminaba.
Un saludo
No hay comentarios:
Publicar un comentario