miércoles, 9 de mayo de 2012

Hacer perrerías, no tiene por qué notarse (sólo a veces)

Buenas
Hoy detalle de un tejo. Se trata del que hay a la izquierda de ambos. La primera foto, la que salen juntitos, es para que se compruebe que no siempre, por muchos cuidados que des, sale bien. El de la derecha sufrió un fallo gordo mío durante dos años, y aunque el año pasado lo solucioné, le va costando. Por eso apenas evoluciona. Esperemos que este año, ya bien asentado, vaya mejorando.
Y el de la izquierda, ese es el protagonista de hoy. El caso es que lo compré el año pasado en una visita a un vivero (aún no recuerdo bien el por qué). Y lo planté en una maceta que no venía al caso. A pesar de que era pequeña, de que apenas tenía tierra, tardó en brotar, pero lo hizo con fuerza. Y en otoño decidí que había que cambiarle la posición de plantado.
Una comparativa entre ambos.
Así lo dejé trasplantado.
Y este año, viendo que brotó con fuerza el año pasado y estaba sano, decidí trasplantarlo a otra posición, en la que los dos troncos no se superpusiesen desde el frente. Y encima, lo podé muy fuerte. En las coníferas no es la mejor solución, pero bueno, era material para practicar.
Y sin haber llegado a pasar un mes, está así.
La cantidad de yemas es tremenda.
Ahora que está brotando por tantos sitios, le dejaré tranquilo, pero para otoño espero poder darle un primer diseño.
La conclusión que saco es que si trabajas con un árbol vigoroso, éste responde bien; pero si el árbol está un poco débil, le va costando salir adelante. De lo que me sirve ahora el otro, pues comprobar cuanto tarda un tejo bien cultivado en recuperar su vigor.
Saludos

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